Desde hoy dejaré de pensar. Ya regresaré a donde me permanezco. No volveré a ver hacia acá. Me llevaré un recuerdo más, no importa que sea bueno o malo, solamente en los recuerdos de mi camino lo guardaré.
Me acuerdo y tengo en cuenta lo que me había contado un gran adivinador de Corea; que no soy bienvenida en Guatemala porque todo el mundo me trata mal y siempre sola con tanta soledad, es lo mejor que regrese a Corea lo más pronto posible, si no, me echarán a perder todo hasta a mí misma.
No lo creía. Pero últimamente veo a mi alrededor y me entero de que lo podría ser cierto pero muy cierto. Pienso en mí. Haré lo que necesito con firmeza. No quiero dejar todo mal cuando me marche. Intentaré hasta que pueda.
Partiré con una sonrisa de todo lo que me fue; alegría, tristeza, soledad, depresión, añoranza, amistad, confianza, discusión, diferencia, pelea, decepción, experiencia, paciencia, pasión por español y trabajo, lo que fui aprovechada y traicionada, aprendizaje de vida y mi otra corta vida.
Soy coreana pero no soy la hija de papi, ni caquera. Nací en Seúl, he vivido allá más de treinta años y nunca había salido de mi país, Corea. Desde el 2003, salí y sigo andando a conocer al mundo. Ahora vivo aquí, llevando justo tres años y cinco meses. Vivo con una amiga guatemalteca, su hijo y la perrita Moly. Como una chapina shuteando a todo, andando fachuda en camionetas y comiendo huevito con frijoles. Tengo un@s amig@s guatemaltec@s que me quieren y me apoyan. No tengo trabajo fijo, sólo a veces trabajo como traductora cuando vienen los expertos coreanos por los proyectos de KOICA y a parte imparto clases de coreano en CALUSAC pero voluntariamente. Gano poco y tampoco gasto mucho. Quizá podría ganar más y vivir mejor pero aun así todo está bien. No es tan bella mi vida. Pero me gusta. Ytú?