Hubo una larga conversación íntima para tener estima a la otra persona y conocerla profundamente, salir de dudas y tener más confianza y cariño bajo el nombre de la amistad.
Luego pasó tiempo, uno se mete en su mundo cerrado y obligado y es posible que a él se le olvida de ésta, le molesta lo que cuestione el otro, no quiere escuchar ni decir una simple razón de cambios y finalmente se pierde control para seguir siendo los amigos. Eso no es de esperar, pero a veces pasa así sin querer y el que cometió no se da cuenta qué sucedió y qué va a ocurrir más.
¡Qué lástima!
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